Caty Rodríguez | OPINION

El bien no hace ruido y el ruido no hace bien

Muchos de nosotros estamos sufriendo importantes problemas de salud y estamos desahuciados de nuestras viviendas. Y llega la Navidad, época en la que todos pedimos ser felices, tener deseos y llenarnos de amor y paz. Sin embargo, también en Navidad encontramos ruidos por todas partes.

Termina el año y seguimos sufriendo la Violencia acústica en nuestro municipio. En todo este tiempo no ha servido nada que afectados por el ruido nos hayamos entrevistado con la alcaldesa, concejales, políticos, policías, sindicatos, asociaciones de vecinos, etc. Que tengamos recogidas más de 3.000 firmas. Que tengamos denuncias de diferentes zonas de Telde en donde hay importantes focos de contaminación acústica.

Muchos de nosotros estamos sufriendo importantes problemas de salud y estamos desahuciados de nuestras viviendas. Y llega la Navidad, época en la que todos pedimos ser felices, tener deseos y llenarnos de amor y paz. Sin embargo, también en Navidad encontramos ruidos por todas partes.

Y nos preguntamos todos los días por qué la contaminación acústica es uno de los elementos medioambientales que con más frecuencia caen en el descuido. Denunciamos que la normativa no se cumple, y no es capricho nuestro, tenemos nuestras propias experiencias y los expertos reconocen que el exceso de ruido que se da en muchas zonas de todas las ciudades tiene a medio y largo plazo consecuencias importantes en la salud de las personas.

Nosotros los sufrimos en carne propia. En estos días se han aumentado las llamadas a la policía y la actuación siempre es la misma. Cuando llegan, si llegan, advierten a los infractores y se van. Por supuesto siempre escudándose que es porque vecinos han llamado, creando con eso conflictos vecinales. Se van, y si se les vuelve a requerir porque el ruido continúa no quieren volver ni ponen la multa por no haber cumplido con la advertencia, ya que los infractores o incívicos continúan con sus actividades molestas.

A todos nos gusta pasarlo bien. La música hace bien, pero el ruido no hace bien. No tenemos derecho a disfrutar por encima de dañar a otras personas y por eso nosotros tenemos que repetir, que también en Navidad hemos de cuidar el respeto a los demás, y volver a recordar aquella expresión tan popular: "El bien no hace ruido y el ruido no hace bien".

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