Por último, y como tercer problema, los partidos políticos hacen campaña electoral como si de unas elecciones generales se tratara. Como si el programa del PP o del PSOE o de CC fueran compromisos firmes. Nos dicen: vota PP... Vota PSOE... vota CC, como si nuestro voto fuera para ellos directamente. Nada más incierto. Nada más alejado de la verdad.
Ha transcurrido la mayor parte de la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo sin que se haya despertado el interés de los ciudadanos y con la perspectiva de una abstención histórica. Hay quien pronostica que será superior al 60-65%.
En su afán de auto-justificarse los políticos que ocupan el poder hablan de la "desafección de los ciudadanos" convirtiéndonos en culpables de la abstención cuando todos sabemos que la verdad es lo contrario: la "corrupción de la actividad Política", realizada por nuestros gobernantes durante 35 años, es la verdadera crítica que nosotros, como ciudadanos, como integrantes de la Polis, le hacemos a aquellos que ocupan y han ocupado el poder durante este tiempo. Han convertido la Política, el servicio a los ciudadanos en un servicio a sí mismo y en su forma de vida.
Ese es el primer problema de estas elecciones. El Parlamento Europeo se ha convertido en un "cementerio de elefantes", un aparcamiento de políticos amortizados, un retiro dorado lleno de privilegios aún mayores de los que se han dado en la política nacional: dietas, viajes en primera clase, sueldos que no se ganan, bajos impuestos en razón del cargo, etc.
Y todo ello simplemente por figurar. Porque ese es el segundo problema del Parlamento Europeo. Es el único Parlamento del mundo que no hace leyes ni controla al gobierno; en este caso a la Comisión Europea. Es un órgano casi decorativo porque el poder real sigue estando en manos de los gobiernos nacionales de cada país: Alemania, Francia y algunos gobiernos centroeuropeos forman el núcleo duro de poder en esta Unión Europea, donde la elección de los ciudadanos cuenta poco frente al poder de los euro-burócratas que los gobierno nombran.
Por último, y como tercer problema, los partidos políticos hacen campaña electoral como si de unas elecciones generales se tratara. Como si el programa del PP o del PSOE o de CC fueran compromisos firmes. Nos dicen: vota PP... Vota PSOE... vota CC, como si nuestro voto fuera para ellos directamente. Nada más incierto. Nada más alejado de la verdad.
Tomemos como ejemplo al PP. Los eurodiputados que consiga el PP se integrarán en un grupo parlamentario que se llama Partido Popular Europeo y del que además del PP español forman parte otros partidos de la misma ideología de derecha europea, entre ellos la democracia cristiana alemana que dirige la Sra. Merkel.
Así en el Parlamento Europeo actual hay 736 eurodiputados. A su vez son del PPE 265 y, de entre ellos, 23 son del PP español. Es decir, el PP supone el 3% del Parlamento Europeo. Lo cual significa, que las promesas que el Sr. Cañete y sus compañeros de candidatura hacen solo se pueden presentar a aprobación dependiendo de que las apoyen el resto de parlamentarios de su grupo, es decir, para no engañarnos, dependerá de lo que quieran hacer los demócrata-cristianos de Ángela Merkel que son los que realmente tienen el poder.
Para convencernos de que realmente es un Parlamento democrático, por primera vez el Parlamento Europeo va a elegir al Presidente de la Comisión, en sustitución de Durao Barroso; y al Presidente de la Unión Europea en sustitución de Van Rompuy. Pero sigue siendo poca democracia porque, como ya he señalado antes, el poder real sigue en poder de los jefes de los distintos gobiernos y los cargos de la Unión son meros ejecutores de lo aprobado por los países que la conforman.
En conclusión, necesitamos más Europa pero también más democracia en sus instituciones. PP, PSOE, CC y los demás debieran decirnos en que grupo parlamentario se van a integrar y cuál es el programa de ese grupo. En estas elecciones de nada sirve lo que nos cuenten y nos digan que van a hacer cada uno de los partidos nacionales, sino cual es el programa de, los partidos que realmente tienen el poder en Europa: alemanes y centroeuropeos.
Si no es así ¿cómo vamos a estar seguros de que en las instituciones europeas se van a ocupar de los problemas de nos afectan a los canarios?
Probablemente será como hasta hoy, nada cambiará, salvo que, los que ostentan el auténtico poder lo permitan.