El poder adormece la razón y la moqueta ablanda las neuronas. Son incapaces de ver que es muy posible, por lo que dicen las encuestas, que ya sea demasiado tarde para ellos. “Estamos de ladrones hasta los cojones” se grita en las noches del teatro de Mérida. Pero ninguno se da por aludido. Indiferencia que será caldo de cultivo para que el grito se extienda por la península y cruce el charco hasta Canarias.
El titular no es mío pero la frase podría ser de cualquiera. Es verano. Este verano. Hace unos días. El autor de tan contundente frase, Javier Caraballo, argumentaba en uno de sus tantos artículos que una de esas noches de calor y teatro en las ruinas del romano de Mérida se escenificaba la obra Pluto de Aristófanes. "A Aristófanes -dice Magüi Mira en el escenario- le tocó vivir en una democracia que se estaba pudriendo. La política comenzó a actuar empujada por el dinero, haciendo desaparecer los valores de servicio público que hasta entonces la movían".
En un determinado momento de la obra, los actores gritan y repiten "Estamos de ladrones hasta los cojones". Y espontáneamente el grito se extiende entre el público. Es una catarsis colectiva que de manera inconsciente y espontánea se extiende. Llena el graderío de más de mil años: ¡¡ "Estamos de ladrones hasta los cojones"!!
No es una frase habitual de mi lenguaje pero el titular y la argumentación es compartida. El hecho relatado no puede pasar desapercibido, demuestra, por fin, que la corrupción se está convirtiendo en el verdadero caballo de batalla de la política. La crisis que vivimos nació de la corrupción y se está resolviendo en la corrupción.
No ha dejado de ocupar las portadas, antes lo fue Bárcenas, Mata, Fabra y tantos otros. Ahora la mafia familiar Pujol, y los medios nos dicen que en Andalucía, otra vez Andalucía, la UDEF ha detenido, otra vez, a un ex-consejero, no por golfear mientras era consejero sino por lucrarse de subvenciones en negocios particulares.
En España, en Canarias, somos herederos de la tradición de Rinconete y Cortadillo, del Lazarillo de Tormes y de todos los pícaros que en nuestra historia son y han sido; somos herederos del caciquismo que desde el siglo XIX se prolongó durante el franquismo y llega a nuestros días.
Gracias a estas grandes tradiciones hemos inventado la "oficina para todo y a tiempo compartido". En ella, nuestros políticos mueven al mismo tiempo lo público y lo privado. De manera que se confunden y no se distinguen. Así ya no existe corrupción porque no hay diferencia. "Lo de todos es mío". "Y como es mío lo reparto entre los míos". Mi partido, mis amigos, mi familia...
En esta situación, el PP que cambió su Reglamento para "expulsar del Poder" a los corruptos, se olvida y lleva más de un año con el borrador de una ley para castigar a los altos cargos de la administración que se corrompan. No ha sido capaz de aplicar su propio Código Ético interno, pero como las elecciones están a la vuelta de la esquina, quiere mediante Ley obligar a otros a realizar lo que ellos han amparado y así lavar su imagen. Regeneración lo llaman.
La señora Cospedal acaba de decir que los tesoreros del PP, el señor Naseiro entonces y los otros tres, Sanchís, Lapuerta y Bárcenas ahora, todos imputados por corruptos, defraudadores y ladrones, son "administradores desleales" y que el PP no tiene nada que ver con ellos. Debiera reconocer la Sra. Cospedal, al menos, el mal ojo de los presidentes del PP para elegir tesorero. Con su experiencia de directora de un centro de formación empresarial, la señora Castellano le puede dar unas clases de selección de personal.
El poder adormece la razón y la moqueta ablanda las neuronas. Son incapaces de ver que es muy posible, por lo que dicen las encuestas, que ya sea demasiado tarde para ellos. "Estamos de ladrones hasta los cojones" se grita en las noches del teatro de Mérida. Pero ninguno se da por aludido. Indiferencia que será caldo de cultivo para que el grito se extienda por la península y cruce el charco hasta Canarias.
Y si no me creen, miren a Don Pedro Sánchez, la gran esperanza blanca de todos los situados en el PSOE. Y de los que tienen la esperanza de situarse. Va a publicar en la web del PSOE las cuentas de su partido y su declaración de la renta. ¿Tanto ciega pisar moqueta? ¿Es incapaz de darse cuenta de que esa decisión es hoy una propuesta de parvulario anticorrupción? Hace muchos meses que el profesor Paramio, viejo militante socialista se lo dijo "la socialdemocracia es irrelevante por su seguidismo de los conservadores". Pero la moqueta ahoga todos los sonidos.
El PSOE, el PP, los de IU, los de UPyD, los de CC y los de NC con representación parlamentaria. Oídos sordos y ojos ciegos para escuchar y ver que la corrupción ha rebosado el nivel de indiferencia del hartazgo popular.
Mientras los ciudadanos no veamos a las "Cospedales y los Sánchez, los Rajoyes y las Díaz" acudiendo a un juzgado para denunciar "de motu proprio" a los corruptos de sus propios partidos el hartazgo popular seguirá creciendo.
Telde reciente, La Mareta. Un elemento del Parlamento canario en activo defendiendo al empresario que se ha embolsado 13 millones pagados de forma ilegal por los colegas del parlamentario en el Partido Popular. Financiador de todos los partidos de gobierno, según sus propias palabras. Con el amén de Coalición Canaria y el silencio de Nueva Canarias y el PSOE.
¿Alguno de todos ellos ha interpelado al Ministro Canario o al de Hacienda en el Parlamento de Madrid sobre el pago? La mayor "factura" de las abonadas... ¿El Sr. Quevedo de NC o la Sra. Oramas de CC, que interpelaron por el discurso de las fiestas de San Juan al Sr. Soria, han interpelado al Sr. Montoro sobre el pago a Don Ambrosio Jiménez y el informe del Tribunal de Cuentas que todos ellos tienen guardado en el cajón de su mesa en el Congreso de los Diputados?
No se extrañen si oyen el grito por San Juan y San Gregorio. Por Melenara y Salinetas. Por Las Remudas y las Huesas o cualquier rincón del Municipio. "Estamos de ladrones, hasta los cojones".