Juan Francisco Artiles Carreño | OPINION

¿Tienen los ciudadanos el gobierno que se merecen? (I)

La sabiduría popular dice “La primera vez que me engañes será culpa tuya. La segunda será culpa mía. Si te empeñas en hacer las cosas de la misma forma, obtendrás los mismos resultados”.

El verano se presenta como un período de reflexión imprescindible para afrontar los próximos meses marcados por las elecciones municipales y autonómicas en mayo próximo. El año tercero, curso 2013-2014, que acaba de terminar ha supuesto una oportunidad perdida, un año perdido más en el camino que el Ayuntamiento de Telde debe emprender para ser una verdadera institución democrática al servicio de los vecinos, sobre todo de los más castigados social y económicamente. Un Ayuntamiento debe ser la segunda institución de soporte, socorro y ayuda cuando la primera, la familia, no puede hacerlo.

El verano pasado, año segundo, ya expusimos la opinión de Más por Telde sobre la incapacidad del gobierno municipal para responder a estos objetivos. Incapacidad agravada por el período preelectoral en el que nos encontramos hasta finales de 2015, con elecciones sucesivas que centran el interés de los partidos en el gobierno en conservar sillones, sueldos y privilegios, y no en las necesidades de los vecinos.

La primera muestra la tenemos en el gasto de 60.000 euros aprobado por el gobierno municipal en el programa de propaganda "transparencia + información 360°" que lo que realmente esconde es el pago a los medios de comunicación de la propaganda de los partidos en el gobierno con cargo, una vez más, al bolsillo de todos los vecinos y no al presupuesto de cada partido político.

La realidad del curso que acaba de terminar ha sido aun más decepcionante de lo que en nuestro partido político esperábamos. En el ámbito de los problemas económicos el grupo municipal nos ha hipotecado, no sólo contra nuestros bolsillos, sino también contra los de nuestros hijos y nietos.

Como denunciamos en su momento, ante la impunidad con que realizaron pagos ilegales por 24,5 millones de euros en el año 2012, de los que ninguna institución administrativa o política les ha pedido responsabilidades, repitieron la jugada en 2013, con un nuevo crédito de 17,8 millones de euros.

No contentos con ello, han solicitado la ampliación de los plazos de amortización de los créditos hasta 20 años. Los vecinos terminaremos pagando el doble. Cada factura pagada a proveedores supone una nueva factura por igual importe que estamos pagando a los bancos en concepto de intereses.

Tres años de gestión y, para hacer frente a ella, dos créditos y una refinanciación con aval del Estado: 72 + 17.8 = 89,8 millones, más 55 en intereses bancarios, total 144 millones, solo en deuda bancaria. Y esta cuenta la hacemos cerrando los ojos y con muy buena voluntad porque los tipos de interés no son fijos, son variables.

Esta economía deriva de los despropósitos previos en el ámbito presupuestario. Los presupuestos son falsos y además no se cumplen. El pasado mes de junio el gobierno municipal aprobó ilegalmente "el primero" de su mandato. Tres años para aprobar un presupuesto para 2014 con más que probables delitos contables al presupuestar gastos conocidos y obligatorios: intereses y amortización de créditos, pagos de intereses de créditos bancarios anulados por el juzgado de lo contencioso.

En relación con asuntos sociales, los niveles de desempleo entre los vecinos de Telde, de exclusión social y el incremento de personas viviendo bajo el umbral de la pobreza sigue siendo escandaloso, lo que debiera haber obligado al gobierno municipal a claras y prioritarias políticas de ayudas sociales a las familias que tratan de vivir a pesar de no tener cubiertas necesidades y derechos tan básicos como es la alimentación de sus hijos tres veces al día.

Sin embargo, sí han tenido tiempo para una explotación propagandística "bochornosa y sonrojante" de la lucha de los vecinos de Ojos de Garza en defensa de sus Derechos Constitucionales a la seguridad jurídica de la propiedad de sus viviendas y a la libre disposición de sus patrimonios personales y familiares; Derechos que han sido reconocidos después de dos huelgas de hambre y no por iniciativa del "propietario del aeropuerto", el gobierno de España, ni del Partido Popular que hoy dirige ese gobierno.

En cuanto a las políticas educativas, verdadera piedra angular del desarrollo de los pueblos, el gobierno municipal, en el que no debemos olvidar que también ha estado CIUCA, dio la medida exacta de su desprecio por la educación, la formación y la cultura con el cierre, consumado, de las Escuelas Infantiles, el desmantelamiento de la Universidad Popular y con el anunciado de la Biblioteca Municipal "si no da beneficios", en clara demostración del "nivel" que en esta materia muestra la Sra. Castellano.

Valga apuntar aquí a la alcaldesa que el beneficio económico de las bibliotecas, que tanto le preocupa, es de 2,25 euros por cada euro invertido, que no es lo mismo que gastado.

Esta forma de gobernar que soportamos, de espaldas a los vecinos y sus necesidades, está provocando el crecimiento de la conciencia ciudadana: no es posible seguir votando a los mismos, a los que desmantelan servicios públicos por "problemas económicos" pero siguen "colocando por la puerta de atrás" a todos sus allegados políticos.

Por ello, el Partido Popular, está empezando a proponer otra de sus típicas e improvisadas medidas: romper las reglas del juego a conveniencia. Saben que, con la ley electoral municipal que tenemos, perderán muchos de los grandes ayuntamientos y comunidades en los que actualmente gobiernan. Así que, "por el bien de la democracia", por supuesto, ya están estudiando en qué sentido deben cambiar la ley para conservar alcaldías, poder, sueldos y privilegios.

La sabiduría popular dice "La primera vez que me engañes será culpa tuya. La segunda será culpa mía. Si te empeñas en hacer las cosas de la misma forma, obtendrás los mismos resultados".

Estamos entrando en meses preelectorales, en los que cada vecino, cada ciudadano, vuelve a tener en su Derecho a voto el poder decidir qué resultados quiere.

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