Juan Francisco Artiles Carreño | OPINION

Elecciones europeas, ¿El fin del bipartidismo? (II)

Por último, los partidos pequeños o que se presentan por primera vez, se abren camino con fuerza, cargados de razón y con el respaldo de buena parte de la ciudadanía. Cuestión esta, que empieza a preocupar a los grandes “lobbies políticos y económicos” de este País. El futuro dirá.

En esta campaña electoral al Parlamento Europeo llama la atención el bajo perfil electoral que mantiene los partidos mayoritarios y la visibilidad que tratan de alcanzar los partidos pequeños, incluso los que se presentan por primera vez o no tienen representación en el Parlamento actual. En alguna calle he visto más de un cartel electoral del PP, PSOE, CC o IU y dos carteles de PODEMOS, con ausencia total del resto.

Esta situación es el reflejo de la posición de poder e intereses de cada uno de ellos ante estas elecciones.
Al PP no le viene demasiado bien porque es pronto para presumir en toda regla de sus "brotes verdes" económicos, de su España va bien. No puede presumir todo lo que quisiera de la marcha de la economía con casi 6 millones de parados.
El estilo de hacer política, de "registrador de la propiedad", que ha impuesto Rajoy necesita de cifras y datos detrás de lo que puedan esconder la crisis social y de recortes de derechos en la que nos han sumergido. Confundir la tecnocracia con la Política no les da más bazas que la economía.

El problema es que, por ahora, sus medidas han hecho más ricos a los ricos y más poderosos a los poderosos. Las desigualdades, la pobreza, el paro y los recortes de los derechos económicos y sociales siguen siendo la marca de sus políticas, mientras la corrupción impune amenaza con convertirnos en un Estado Fallido.

Al PSOE tampoco le vienen bien estas elecciones en las que tiene poco que ganar y mucho que perder.
No debemos olvidar que en la legislatura que termina el grupo del PP y el grupo de los social demócratas han votado juntos en el 76% de las votaciones del Parlamento Europeo.

En palabras del profesor Paramio, ideólogo del PSOE en tiempos de Felipe González, la socialdemocracia se ha convertido en irrelevante en la política europea, siempre a rebufo de la derecha. La campaña del Sr. Rubalcaba y la Sra. Valenciano se basa en luchar contra esa irrelevancia que en la calle se traduce en "son iguales que el PP".

La campaña de la Sra. Valenciano con escasas alusiones a la política europea, basada en los asuntos de género y no en la profunda crisis social y de valores que vivimos es el reflejo de ese intento de transmitir ese "no somos iguales" que le dijo al Sr. Cañete en el famoso debate de televisión.

Curiosamente Felipe González, compañero de partido, les ha estropeado el intento de diferenciación del PP cuando ha demostrado su acuerdo a una posible coalición de gobierno PP-PSOE. Por el contrario, el Sr. Cañete, adversario político, les ha dado aire y ayuda con su machismo de señorito andaluz. En esta campaña ya no saben quién es amigo o enemigo.

Por último, los partidos pequeños o que se presentan por primera vez, se abren camino con fuerza, cargados de razón y con el respaldo de buena parte de la ciudadanía. Cuestión esta, que empieza a preocupar a los grandes "lobbies políticos y económicos" de este País. El futuro dirá.

Están aprovechando las elecciones para comprobar la realidad de los pronósticos de crecimiento en votos que les prometen las encuestas. Pero sus escasos eurodiputados y lo heterogéneo de los grupos parlamentarios en los que se van a integrar al llegar al Parlamento hacen que su poder de influir en las políticas europeas sea mínimo (ojalá me equivoque). Entre el PPE y los socialdemócratas tienen la mayoría absoluta del Parlamento. Entre ellos dos se repartirán los cargos ejecutivos de la euro-burocracia.

La alta abstención que se espera hace que los resultados de estas elecciones no sean extrapolables, nunca lo han sido, a las grandes citas municipales, autonómicas y generales del próximo 2015, pero serán el primer test que marcará la política interior española durante los próximos 12 meses.

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